Imagen de la capilla de Santa Cristina de Lena.
En Lena hay un rincón emblemático, un espacio lleno de historia y leyendas. Se trata de la capilla de Santa Cristina en Lena, uno de los monumentos arquitectónicos perteneciente al primer reino hispano-cristiano y declarado Patrimonio Mundial de la Humanidad en 1985. A cinco
kilómetros de Pola de Lena, una pequeña villa que fue cruce de caminos con la meseta castellana y el desaparecido
reino de León, un pedacito de la monarquía asturiana se representa totalmente
aislado en una loma, situada en la
parroquia de San Lorenzo.
La
iglesia de Santa Cristina, emerge sin altivez en el paisaje como vigía de la
historia y resistiendo el paso de los siglos. Esta joya prerrománica del siglo
IX forma parte de un grupo de 15 edificios únicos en un estilo directamente
vinculado a los reyes de Asturias en las primeras fases de la reconquista: el Arte Prerrománico Asturiano o Arte de la Monarquía Asturiana, como se
le denomina en la actualidad, y que han
sido declarados por la UNESCO Patrimonio Mundial de la Humanidad en 1985 con el
nombre de Iglesias del Reino de Asturias.
Este pequeño edificio,
mudo testigo de aconteceres, levanta su
planta con un único ábside, un iconostasio y parte de una decoración que sugieren
claros antecedentes visigodos.
Sus
reducidas proporciones y la quebrada perspectiva de sus paredes que se apoyan
en treinta y dos contrafuertes prismáticos contribuyen a formar los ángulos
entrantes y salientes de los muros por lo que, a Santa Cristina, se la conoce
vulgarmente como la “iglesia de las esquinas”, de las que se dice tiene tantas
como días el año.
La
esbeltez de sus paredes junto con el cálido color de la piedra y el verde del
entorno en el que se ubica, ofrecen un armonioso conjunto y proporcionan una
inusitada sensación de serenidad hasta el punto de ser considerado el lugar,
por algunos estudiosos, territorio telúrico, e incluso cuenta con una leyenda
que ha pasado de padres a hijos a través de los años.
Una de las leyendas: 'La gallina de los huevos de oro'
Tal
vez el producto de la fantasía popular sea muy
posterior a la construcción del edificio y devenga de algún conocedor de las
fábulas de Esopo. El caso es que se cuenta que en una cueva existente bajo la
iglesia, vive una gallina que pone huevos de oro y que cada cien años sale a
pasear al exterior de la capilla, dejándose ver por sus alrededores. Este ave,
según la leyenda, es la reencarnación de una doncella a la que su propio padre, ateo,
asesinó porque quería ser monja.
Aunque
no existe referencia en los documentos de la época, su semejanza con otros dos
templos fundados por Ramiro I (año 842 a 850) , Santa María del Naranco y San
Miguel de Lillo, en la ciudad de Oviedo, induce a algunos historiadores del
arte a fechar las tres obras en un mismo periodo y adjudicarlas a un mismo
arquitecto.
Imagen de la capilla de Santa María del Naranco.
Aunque presenta novedades constructivas
primordiales de la época ramirense, como abovedamiento general con arcos
fajones sosteniendo las bóvedas, columnas helicoidales, alturas mayores que en
periodos anteriores, arcos peraltados y tendencia a una mayor verticalidad, en
Santa Cristina de Lena se muestran unas
características muy especiales que no aparecen en las otras dos edificaciones
que se clasifican en su mismo periodo;
es un edificio más pequeño, las columnas no son cuádruples como en los
monumentos del Naranco sino sencillas o dobles. Su planta recuerda mucho a las
iglesias visigodas cruciformes y con la existencia de un iconostasio con clara
decoración visigoda. No hay nada que afirme que este iconostasio, pieza sumamente importante que se
conserva en su interior no hubiera pertenecido a una ermita o iglesia anterior
asentada en el mismo lugar u otro cercano y que se hubiera llevado
posteriormente para la nueva construcción.
Si
bien algunas voces proclaman a esta construcción como la última de la época
ramirense otros consideran que es muy probable que Santa cristina de Lena sea
anterior a Santa María del Naranco y San miguel de Lillo y que Ramiro I hubiera encargado estos dos
edificios de mayor tamaño e importancia a alguien que con la iglesia de Santa
cristina ya hubiera demostrado su valía.
Sea
lo que fuere y mientras los expertos se ponen de acuerdo en cual fue el momento
exacto de su construcción, este sencillo edificio de proporciones casi
perfectas y vestigio de un pasado permanece en pie como Patrimonio de la
Humanidad.
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